Friday, September 22, 2006


V. A CADA UNO LO SUYO


“En Julio de 1942 volví a solicitar un puesto de enfermera, pero, a pesar de que protesté contra ello, la Oficina de Trabajo me asignó al campo de Ravensbrück, como parte del cuerpo auxiliar femenino de las SS. Estuve allí hasta Marzo de 1943.”

En otras palabras: nuestra rubia pasó de ordeñar vacas a vestir el uniforme de las SS Helfserin (bastante poco favorecedor, digámoslo ya) de un día para otro. Y sin pasar por la casilla de salida. ¿Cómorrr?

Contra la creencia generalizada, las aproximadamente 250.000 “mujeres SS”, integradas en el Helfserin Korps (literalmente “Cuerpo Auxiliar”), no formaban, en realidad, parte de las Schutzstaffel, una hermandad de inspiración lejanamente jesuítica y naturaleza exclusivamente masculina. No gozaban de consideración militar, no estaban autorizadas a portar armas, y, desde luego, no podían impartir órdenes a ningún varón, cualquiera que fuese su rango. Meras empleadas de las SS, eran, en su mayor parte campesinas reclutadas entre las BDM a través de la Oficina de Trabajo, familiares de combatientes caídos o heridos en combate. Sus funciones, en origen, se limitaban al ámbito administrativo: correos, comunicaciones, intendencia… Sin embargo, a partir de 1943, la reubicación forzosa de gran cantidad de personal civil ;-), en combinación con las circunstancias especiales derivadas de la guerra, alumbró un nuevo y fascinante universo de posibilidades para las chicas de la capita con runas. Y ya se sabe como son las chicas cuando les da por algo…

En verano de 1942, el poder absoluto en el campo femenino de Ravensbrück lo ostenta María Mandel, “La Bestia” (a partir de aquí casi todos tienen alias de luchador de pressing catch), persona de confianza de Himmler y mujer de gran inteligencia, físico aterrador, férreo carácter y obsesiva dedicación al trabajo. Aunque no consta, es seguro que se fijó en la rubita más guapa del reemplazo… En Octubre, Mandel, hecha ya una Lagerführerin, parte hacia el nuevo y gigantesco campo que acaba de construirse en Polonia. Su misión, bajo la autoridad del comandante Hoess, consiste en asumir la jefatura de todas las áreas femeninas del campo y sus numerosos subcampos. Melómana declarada, lo primero que hace al llegar es organizar, ante el pasmo y la maravilla de sus superiores, la célebre orquesta de presos de Auschwitz. Para amenizar las colas.

Cuatro meses más tarde, Irma es destinada a Auschwitz II – Birkenau. Tiene 19 años, gana 54 marcos al mes y es la Aufseherin más joven del campo.

1 Comments:

Anonymous Esther R. said...

Mujeres asombrosas y de gran tenacidad que no merecían la muerte. Merecían recibir honores y ser reconocidas mundialmente por la lucha de su raza.

10:54 AM  

Post a Comment

<< Home