XII LA GENTE ES RARA
Irma se mostró ausente y distraída a lo largo de todo el proceso. Como si supiera exactamente a donde iba a conducir todo aquello. Habló lo justo, aunque su testimonio deparó momentos incandescentes:
“P: ¿Tenía usted un látigo en Auschwitz?
R: Si. Estaba hecho de celofán entrelazado. Era muy ligero, traslúcido como vidrio blanco…
P: Ha oído usted a la acusada Volkenrath describir la ocasión en que una mujer SS llamada Buchhalter fue castigada ¿Estaba usted presente?
R: Sí. El Comandante Hoess me ordenó que le diese los últimos dos de los 25 golpes con los que había sido sancionada por orden del Reichsführer Himmler. Yo tenía entonces 20 años”
Oro puro para la prensa sensacionalista que sigue el caso con atención obsesiva. En lo sustancial, admitió abiertamente haber pegado a internos de ambos sexos, (aunque siempre con las manos desnudas y "por alguna buena razón"), haber asistido a selecciones en la rampa, estar perfectamente al cabo de la calle de lo que les sucedía a los de la fila izquierda, utilizar la fusta para poner orden en las formaciones y someter a los internos a sesiones deportivas con fines punitivos. Negó en redondo haber tenido jamás un perro o haberlo usado para hostigar a los prisioneros. Negó haber disparado contra internos. Y negó, sobre todo, haber matado a nadie. Estuvo bastante serena y convincente. Hasta cierto punto. Cuando se publicó su sentencia de muerte era ya la alemana más popular de los Estados Unidos.
3 Comments:
ORALE!!
oie deberias seguir platicando del paradero de grese esta muy interesante!
Que caso tenía que luchara por defenderse o decir la verdad en contra de los fantasiosos y claramente falsos testimonios que daban los "sobrevivientes", si claramente ya estaba sentenciada desde antes de iniciar el juicio contra ella y todos los demás SS??
WELOVEIRMAGRESE.BLOGSPOT.COM
Post a Comment
<< Home